Si nos dieramos cuenta de que cada vez que nos encuentras con alguien es contigo mismo con quien te encuentras, te aseguro que nuestras relaciones serían totalmente distintas. Si recordaras que aquel con quien te encuentras es un espejo y que lo que tú percibes no son más que tus propios juicios que impones sobre él, o la situación. Creemos que hay algo externo a nosotros con quien nos estamos relacionando, pero no es así. Es posible que aún no hayas tenido esa evidencia. No obstante, podrás reconocer que cuando te encuentras con alguien o alguna situacion, de lo único que eres consciente es de tus propios pensamientos acerca de lo que esta ocurriendo. Lo único que experimentas son los sentimientos que sientes por esa persona o situación, producidos por los pensamientos que tienes de ella. Todo eso ocurre en la mente. Estás tomando todas esas decisiones en función de los pensamientos y emociones que experimentes con quien o lo te relacionas; entonces te acercas o te distancias. Pero en realidad, esa decisión que tomas no tiene nada que ver con la persona o situación que ves, sino con lo que ya esta dentro de ti y proyectas fuera. Eso muestra que no eres libre ante ese encuentro o relación. Tus pensamientos ya han establecido el escenario que te va a condicionar y a tomar la decisión en consecuencia. No eres libre en ningún momento porque estás sometido a la forma de pensar y de ver el mundo. Creemos que ser libres es usar libremente nuestras ideas y defenderlas y no nos damos cuenta de que somos esclavos de ellas. No vemos que ser libres es cruzar o pasar por alto esos pensamientos que están fundamentados en experiencias pasadas y que no tienen nada que ver con el presente. Al hacer esto nos sometemos a vivir el presente como todo lo vivido en el pasado, en lugar de ser libres de vivirlo como es en realidad.
 Amor
C

arles

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