La Presencia Biodinámica no es una terapia pero tiene efectos terapéuticos. 

  Considero la terapia como un medio para poder escapar de nuestra prisión, y la puerta de la celda está siempre abierta. No puedo creer cómo las terapias animan a que nos quedemos sentados analizando por qué estamos encerrados en esta prisión. Me es muy difícil comprender la razón de que alguien se quede sentado en su celda con la puerta abierta de par en par y diciendo «me resisto a salir hasta que comprenda exactamente por qué he sido encerrado». Me refiero a las terapias que se basan en un concienzudo examen del pasado, mejor dicho, del «pasado», ya que ese pasado se construye entre el terapeuta y el paciente.

  En realidad, la terapia no puede sacarnos de la prisión en la que creemos estar encerrados, ya que ésta es nuestra creencia de separación y solamente la experiencia de la escucha plena puede revelar, de entrada, que nunca hubo ninguna prisión.

  Claro está, hay terapias que pueden hacer más cómoda esa inexistente prisión, quizá incluso considerablemente más cómoda y no se puede negar que es bastante lógico que el paciente dedique su tiempo a hacer su condena más llevadera. Pero no hay posibilidad de darnos cuenta de que la puerta está abierta buscando en otro lugar que en realidad no existe. Es en el estar disponible a lo que nos está ocurriendo que hay una posibilidad de darnos cuenta, no de que la puerta está abierta, sino de que no existe la prisión.

Amor

Carles 

 

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