He dejado de pensar en términos de experiencia. Las cosas suceden. Suavemente escucho el viento, las chicharras. El corazón está latiendo, la respiración está ocurriendo: inspiración, espiración. Hay una calma, escucha, apertura… vacío… nada.
El deseo de experiencias puso de manifiesto la resistencia a estar aquí, ahora. A ser ahora con el zumbido del coche a lo lejos, con el sol, la chicharra, el viento soplando, la inspiración y la espiración; nada en absoluto.
Darme cuenta que no es necesario ser “algo” es una gran liberación.
Lo importante no es lo que se descubre o percibe sino el hecho de que no hay separación. Entonces sea lo que fuese, aquello con lo que estamos en contacto, cambia. Sea lo que fuera que hay allí, deja de ser lo que era cuando se le permite ser de manera incondicional. Sin separación solo existe lo que se está manifestando aquí y ahora, sin nadie que lo observe, y ahora…y ahora. El libre fluir de eventos sin que nadie haga algo, por cambiarlo o escapar, sin saber. Pero estando allí, siendo con todo lo que hay, es decir, dejar de pensar acerca de uno mismo y el mundo para estar aquí, ser.
Amor
Carles

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