Permite que el espacio vacío de tu presencia se infiltre en la sensación, siente como premea los tejidos. Tómate tiempo para permitirle que empape esas zonas que ofrecen resistencia, que parece se aferran a su propia densidad.
Siente que este espacio vacío de tu propio ser no está tan solo presente y consciente, es amor, intimidad pura, no hay separación. Ama todo lo que toca, es la única manera de conocer algo, amándolo. De hecho, el espacio vacío y amoroso de nuestro propio ser convierte en sí mismo todo lo que toca.
Permite que capa tras capa de resistencia y contracción sea empapada por presencia. El cuerpo es un almacén donde se guardan todas nuestras heridas, rechazos, fracasos, miedos y resentimiento, las historias no digeridas, mucho después de que las hayamos olvidado. Se depositan sobre él, capa sobre capa. De hecho, estos viejos sentimientos han colonizado el cuerpo hasta tal punto que el cuerpo es, para la mayoría de nosotros, una densa red de tensiones y contracciones.
Volvamos a la sensación y démonos cuenta de que cada vez que regresamos a ella y la podemos observar desinteresadamente, se va despojando de otra capa de creencias superpuestas. Su densidad, contracción, solidez e historia se están disolviendo.
Amor
Carles
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