Carta a unos papas.
Intentaré explicar el trabajo siendo consciente de lo difícil que es, puesto que es completamente diferente a lo conocido.
En el caso de los niños el trabajo es entorno a la madre y al niño como una unidad a la que se le agrega el padre. Dicha unidad es como un solo cuerpo, el trabajo es con el cuerpo familiar.
Lo que la gente llama enfermedad, síntoma, signo, diagnóstico,… yo lo llamo experiencia de vida no digerida. Algunas veces ocurren cosas, situaciones en la vida que no tenemos más remedio que tragar. Una vez pasadas muchas veces pueden quedarse indigestas y esa indigestión es manifestada con síntomas, los cuales vienen para ser escuchados, justo para darnos a conocer la indigestión. Pero la mayoría de las veces no les prestamos atención, es más, tenemos aprendido el acallarlas o el huir de ellas, y cuando esto ocurre ayudamos a que la indigestión se acentúe, y el cuerpo grita más todavía, a veces hasta ese punto tan desgarrador como el de vuestro hijo.
Aquí empieza el trabajo, el cual es una profunda escucha, no una escucha funcional que es lo que entendemos. Escucha plena es recibir lo que se muestra con todos los sentidos sin estar separado de lo que es escuchado. Desde ésta, el cuerpo puede recordar quién es por debajo de la historia de vida no digerida y algo puede empezar a cambiar a medida que se va digiriendo aquello que vino a ser escuchado.
Es muy importante que mamá y papá se permitan sentir como se están sintiendo, eso que surge en vosotros también viene a ser escuchado, y la forma es permitíroslo. Cuando esto no ocurre está habiendo incoherencia en el cuerpo familiar y el pequeño es quien lo está manifestando. De ahí que tengamos que trabajar con todo el cuerpo de la familia. Estoy convencido de que si hay una oportunidad está en el trabajo de la unidad que es la familia: mamá, niño, papá. Y el resultado del trabajo es para todos.
Por otra parte es muy importante entender que la indigestión está en el ahora, quiero decir que de nada vale, incluso entorpece, el proceso de intentar recordar qué pasó, cómo viví cierta situación. Todo esto es historia y ahí no hay nada que hacer, de hecho dicha historia no existe ahora.
Cuando algo nos traumatiza no somos concientes de ello, algo se queda atrapado y al tiempo aparece la indigestión. Para el trabajo no hay que buscar en la historia.
Por otra parte, tenemos una memoria que puede recordarnos situaciones duras o difíciles. ¿Cómo puedo saber si están digeridas? Lo que ha sido digerido tiene tendencia al olvido, si hay una situación que me es recurrente o que cuando la recuerdo se queda enganchada durante horas o incluso días, es señal de que algo quedó atrapado. Y la forma de empezar a digerir es siendo contada en un lugar que pueda ser recibida plenamente, sin juicio, sin interrupción, un lugar de escucha plena. Y cuando la historia es escuchada empieza a sanar, todo el campo empieza a resonar en coherencia y la incoherencia que era la indigestión empieza a digerirse y algo ocurre.
Entiendo que sea difícil de entender, pero el trabajo no necesita ser entendido pues va más allá del intelecto. Y el intelecto es limitado pero la Inteligencia con I mayúscula no lo es, esa Inteligencia que hace que la vida se dé y la vida desaparezca.
Amor
Carles
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