Fijémonos en la naturaleza, fijaos en la gran lección que no trae, si podemos detenernos y observar. La naturaleza siempre funciona a base de opuestos. Ahora es otoño, lo cual no quiere decir que la naturaleza rechace una cosa y acepte o niegue otra, ni se pone a decir: ¡ Ojalá fuese primavera !. Cuando es otoño, es. Con el tiempo, se convertirá en invierno, primavera… La plena mar no dice : ¡ ojalá yo fuera baja mar!, sino que se toma el tiempo, cuatro horas para subir, dos de pleamar y cuatro horas para bajar y ahí se queda cuatro horas en baja mar. La naturaleza siempre funciona a base de opuestos, lo cual no quiere decir que se oponga entre si, que se enfrenten o se resistan, sino que se van reemplazando. En nosotros también funciona los pares de opuestos de forma natural. Nuestro microcosmos es lo mismo que el macrocosmos, pero cuando aparecen los pares de opuestos , decimos que: ¨esto es bueno, quiero más ¨o ¨esto es malo, no lo quiero ¨ Por lo tanto, nos resistimos constantemente a ellos, lo cual es conflicto y mal estar. Este es el origen del sufrimiento, ¨esto que me esta ocurriendo, no tenia que ocurrirme a mi ¨.
¡ Si te surge el enfado, puedes permítelo ! No durará mucho tiempo porque no tendrá donde agarrase. Cuando le pones una etiqueta, ¿ desde que perspectiva se la pones? Desde el recuerdo de haber sentido eso antes y haberlo llamado ¨miedo¨ . Por tanto, volverá a producirse esa misma experiencia, que vuelvas a sentir lo mismo y entonces ratificas la etiqueta ¨miedo, rabia, apatía…¨ y te retiene en el pasado en lugar de dejarte sentir esa sensación tal como es ahora. Si te permites sentirla como surge en el ahora, tal y como es, puede que te des cuenta que es una emoción completamente distinta que no necesita de ninguna etiqueta, pero lo que sucede es aparece la inercia de resistirnos, que es lo que estamos acostumbrados, y se va acentuando cada vez más hasta el punto de que terminamos culpándonos de tener ese sentimiento, y justo es así como ese sentimiento se asegura su existencia, y todo vuelve a repetirse. Entonces, si surge, deja que surja, durara un cierto tiempo y se marchara. Después vendrá el siguiente sentimiento, estará un rato y se marchará. Esto es como durante un cierto tiempo de niños vivíamos las emociones, pero la mayoría de los padres, creen que tienen que hacer algo, más aya de escuchar su propias sensaciones estando en contacto con su propio cuerpo.
Amor.
Carles
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