El sufrimiento
   Cuando el sufrimiento surge y creemos que no podemos hacer nada al respecto, nos estamos engañando. El sufrimiento es, por definición, la resistencia a la situación actual y la inevitable búsqueda de una alternativa en el futuro. Si no hay ninguna resistencia a la situación presente, no puede haber sufrimiento. 
   Por lo tanto, si la situación actual es la experiencia del sufrimiento y no hay ninguna resistencia a él, éste no puede permanecer, puesto que es resistencia. De hecho el sufrimiento se rebela como felicidad tan pronto como cesa toda oposición a él.
   La felicidad permanece en silencio en el centro de toda experiencia, incluida el sufrimiento, esperando a ser reconocida, esperando a que tengamos el valor y el amor que nos haga girarnos, por así decirlo, y afrontar el sufrimiento sin el más mínimo deseo de resistirnos a él. 
   Es por eso por lo que, incluso en nuestros peores momentos de desesperación, nunca somos totalmente tomados por la infelicidad. Si lo fuéramos, no habría sitio para nada más, no habría tan siquiera espacio para que el pensamiento separase un yo que mirase el sufrimiento e intentase deshacerse de él. Entonces habría una no separación total y perfecta, y por lo tanto una felicidad perfecta. 
   En otras palabras, no existe algo así como el sufrimiento absoluto. Éste siempre está mezclado con algo más, al menos con el deseo de deshacerse de él en un futuro imaginario, es decir, con un deseo de felicidad. 
Por otro lado, sí que existe una felicidad absoluta que no se mezcla con el más mínimo matiz de ninguna otra cosa. Esta felicidad es nuestro yo, quien en realidad somos.
Amor 

Carles 
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