El malestar, la angustia, el miedo… siempre surgen de la asociación de ciertos pensamientos rapidísimos.
Sobre todo no hay que analizar el sentir. El análisis no trae nada, es un proceso puramente mental. El sentimiento es una energía bloqueada. En el momento que se deja libre la energía y vives la globalidad conscientemente, esta energía se orquesta de nuevo en la Totalidad.
La percepción es lo que hemos llamado malestar, etc… Esta percepción es una reacción, y esta reacción se hace sentir. Todo esto sucede en nuestro terreno corporal, la mente nombra este campo que se hace sentir.
En el momento en que este campo es nombrado nos encontramos totalmente al exterior, pues es la historia que habla de una percepción, y le damos el nombre de malestar, que se halla forzosamente al exterior.
Si estuviese en el mismo campo del malestar no podría sentirla. En el momento que hay contemplación de la percepción no hay sitio para un yo, y entonces la percepción no se refiere a una historia que, por otra parte la has creado, sino que se refiere a nuestra Totalidad, a nuestra globalidad, a nuestra Escucha.
Y como la percepción nace de una agrupación, una fijación de energías, entonces ya no se puede mantener porque no hay nadie que la mantenga, y asistimos efectivamente, a una reabsorción de estas contracciones y tensiones en la globalidad.
No estás obligado a esperar a que se presente el malestar, sino que puedes practicar con cualquier percepción que represente una tensión, una contracción, lo que quiere decir que nos encontramos de nuevo en un terreno original.
Podemos decir que en un estado de crisis, el contemplador implicado se despega difícilmente y puede que tu empeño fracase. Por esto te aconsejaría, por ejemplo, que a la noche al tiempo de acostarte o a la mañana al tiempo del despertar, tomes conciencia del cuerpo, dejes que surja la sensibilidad. Vas a asombrarte hasta qué punto residuos de tensiones se han ido instalando durante el día. Te vas a familiarizar con esta actitud de dejar hablar a la percepción de tu cuerpo. Naturalmente, no es el cuerpo lo que nos interesa, es el testigo lo que nos interesa, el testigo impasible, la Escucha.
Amor
Carles
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