Nos conocemos únicamente en nuestros deseos constantes. Vivimos continuamente en un tengo esto, necesito aquello. Nuestro terreno está en una agitación continua y somos nosotros los que alimentamos esta agitación. Fuera de nosotros no tiene ninguna existencia, no existe. Así cuando te conviertes en un explorador, en ese momento automáticamente estás a la escucha y en esta escucha no hay deseo ni motivo. Contemplas estrictamente todas tus agitaciones, son todos los niveles del ser. Es como un columpio que no empujas y acaba por pararse. Es importante el no querer dirigir ni rechazar, solamente constatar. Para encontrar tu centro, o tu tranquilidad profunda no hay nada que cambiar, eso lo eres. Si tú quieres apropiarte de una facultad, aprender una lengua o aprender a tocar un instrumento de música, hay etapas, hay algo que apropiarse, pero lo que eres fundamentalmente, no tienes nada para apropiarte.
Sólo podemos pensar lo que no somos. Lo que somos jamás podemos pensarlo. No hagas el menor esfuerzo en pensar lo que eres. Lo que eres es impensable porque es la Totalidad, y el pensamiento no es más que una pequeña fracción que surge de ella. Lo menos nunca puede comprender lo más. Cuando has comprendido profundamente lo que eres, hay un presentimiento de la Verdad que se hace en ti. Entrégate totalmente a este presentimiento. Este presentimiento te conducirá allí, a lo que eres, es una percepción original, donde no existe el que experimenta ni la cosa experimentada, ni el observador ni la cosa observada.
Amor
carles compañ

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