Jiddu Krishnamurti afirmaba que “la observación es lo observado”, señalando que no hay una separación real entre quien observa y lo que es observado. Esta comprensión transforma nuestra relación con la conciencia y con el mundo, pues nos invita a un estado de percepción en el que la dualidad desaparece.

Conciencia y Percepción

Para entender esta afirmación, es clave examinar cómo funciona la conciencia. Todo lo que experimentamos pasa por nuestra percepción. Si veo un árbol, no estoy viendo el árbol en sí, sino la interpretación que mi mente hace de él. Lo mismo ocurre con las emociones: si observo mi ira, esa ira no es algo externo a mí, sino parte de mi propia conciencia. La forma en que la observo determina lo que “es” para mí en ese momento.

Desde la Presencia Biodinámica®, esta misma comprensión puede trasladarse al acto de la escucha plena. En este contexto, escuchar no es simplemente recibir sonidos o interpretar palabras, sino abrirse a la totalidad de la experiencia sin filtros ni resistencias. Cuando escuchamos con plena presencia, no hay un “yo” separado del sonido, del otro o de la situación; la escucha y lo escuchado son una sola realidad en ese instante.

La Escucha Plena y la Disolución del Observador

Cuando escuchamos desde la mente analítica, hay una distancia entre quien escucha y lo escuchado. La mente compara, juzga, etiqueta, y esta interferencia impide la conexión directa con lo que está sucediendo. Sin embargo, cuando la escucha es plena, el pensamiento no interrumpe, y entonces ocurre lo mismo que en la observación pura de Krishnamurti: desaparece la separación entre el oyente y el sonido.

En la Presencia Biodinámica®, esta forma de escuchar se convierte en una práctica esencial. No es solo escuchar sonidos o palabras, sino percibir la vida en su totalidad sin intentar modificarla. Escuchar plenamente significa ser uno con la experiencia del momento presente, permitiendo que la conciencia se abra sin barreras.

Escuchar el Cuerpo, el Silencio y la Vida

En la práctica de la Presencia Biodinámica®, la escucha va más allá de lo audible. Se trata de una escucha sin intención, donde el cuerpo, la respiración y el campo vital se vuelven parte de un todo inseparable. Se escucha el movimiento sutil de la vida, los ritmos internos y externos, y se permite que la percepción se despliegue sin esfuerzo.

Cuando no hay separación entre quien escucha y lo escuchado, se accede a un estado de unidad y profundidad, donde no hay interferencias del pensamiento condicionado. Este estado de apertura es lo que permite una conexión real con la vitalidad presente en cada instante.

Conclusión

Así como “la observación es lo observado”, en la Presencia Biodinámica® podemos decir que “la escucha es lo escuchado”. No hay un oyente separado de la experiencia, sino un único proceso de conciencia en acción. En este espacio de atención pura, la vida se manifiesta tal como es, sin distorsiones, y surge la posibilidad de una transformación real y profunda.

Escuchar plenamente no es un acto pasivo, sino una forma de estar completamente presente en la vida. Es en esta disponibilidad donde la conciencia deja de fragmentarse y se abre a la totalidad del momento presente, revelando la esencia misma de la Presencia Biodinámica.

Aplicación en la Terapia desde la Presencia Biodinámica®

1. Escuchar sin interpretar

En la terapia, solemos creer que el terapeuta “escucha” y el paciente “es escuchado”. Sin embargo, si aplicamos la idea de que “la observación es lo observado”, entendemos que la escucha plena no es un proceso de análisis, sino de presencia total.

Cuando el terapeuta escucha sin filtros mentales ni juicios, se crea un espacio de apertura donde el proceso del paciente puede desplegarse sin interferencias. La clave aquí es que el terapeuta no es un observador separado, sino parte de la misma experiencia. Esto permite que el campo terapéutico se llene de conciencia y que la transformación ocurra desde la propia inteligencia vital del paciente.

2. Percibir el campo de conciencia compartido

En una sesión de Presencia Biodinámica®, el terapeuta no solo escucha con los oídos, sino con todo su ser. La atención se expande para incluir no solo las palabras del paciente, sino también su respiración, sus pausas, sus silencios, sus movimientos sutiles y la vibración de su campo energético.

Esto implica estar en un estado de quietud interna, donde no hay esfuerzo por dirigir el proceso, sino una apertura radical a lo que está emergiendo. En este espacio, el terapeuta y el paciente forman una unidad, y la sanación ocurre desde la resonancia y la coherencia del campo compartido.

3. Permitir que la transformación ocurra sin intervención

Siguiendo la idea de Krishnamurti, cuando el terapeuta observa sin separarse de lo observado, no necesita “hacer” nada en el sentido convencional. No se trata de aplicar una técnica para cambiar al paciente, sino de permitir que la percepción pura traiga consigo la transformación.

La Presencia Biodinámica® confía en que el organismo tiene su propia sabiduría y que, al ser escuchado sin resistencia, puede autorregularse. La conciencia plena del terapeuta se convierte en un espacio seguro donde el paciente se siente visto sin juicio, lo que facilita la emergencia de su propia capacidad de sanar.

4. Integrar la percepción sutil del terapeuta

Cuando el terapeuta está realmente presente, puede percibir los movimientos sutiles de la vida en el paciente:

• Ritmos internos de expansión y contracción

• Cambios en la respiración

• Sensaciones térmicas o energéticas

• Momentos en los que algo profundo se relaja o se abre

En lugar de tratar de interpretar o intervenir, el terapeuta simplemente acompaña desde la escucha plena, confiando en que el proceso sigue su propio curso. Esta actitud genera un campo de coherencia que favorece la integración de la experiencia del paciente.

Conclusión: La Terapia como Espacio de Unidad

Aplicar “la observación es lo observado” en la terapia significa que no hay un “sanador” y un “paciente” separados, sino un solo campo de conciencia en el que ocurre la transformación. La Presencia Biodinámica se basa en esta comprensión: cuando escuchamos con plena presencia, permitimos que la vida se exprese y se reorganice por sí misma.

Desde esta perspectiva, la terapia deja de ser un “hacer” y se convierte en un “ser”, donde la presencia del terapeuta es la herramienta más poderosa de sanación.

Amor

Carles 

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