Si podemos ver con claridad los sentimientos (emociones) nos revelan que en realidad no son más que sensaciones corporales neutras sin capacidad inherente de generar pensamientos, miedos o deseos.

Si “devaluamos“ los sentimientos hasta el nivel de las sensaciones corporales llevando a cabo nuestra comprensión, se logra sin esfuerzo.

No hacemos nada con los sentimientos. De hecho, dejamos de hacer algo con ellos, dejamos de otorgarles la capacidad de ocultar la realidad, dejamos de conferirles el poder de generar infelicidad y su búsqueda subsiguiente.

En cuanto dejamos de superponer sentimientos a las sensaciones corporales, éstas dejan de actuar como morada para le confusión. En su lugar se revelan como un hermoso despliegue de energía creativa que danza en el vacío de la Presencia, revelando así su plenitud momento a momento.

Por supuesto que continuarán surgiendo deseos, pero ahora su propósito ya no es ni evitar los sentimientos (emociones) ni alcanzar la felicidad. Su propósito será el de expresar la felicidad. Su propósito (de hecho, su naturaleza) es manifestar, compartir y celebrar la Felicidad.

Amor
Carles

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